sábado, 16 de abril de 2011

Lío letal

La línea litoral labraba las lisas lomas. Lejos, límpidos lirios languidecían la lama, luces líquidas lindaban lindas lozanías. Las lujosas lanchas lustraban los lugares.
  
Lilia loaba lágrimas. La lesbiana Lucrecia le latía lejanamente, (Lucio López la lamía lujurioso, le levaba lascivias, lontananzas…) ¡Lástima!,  le latigueaba la Lucrecia:  lazos lúdicos las liaban locas… legislaban laudables ligazones, locuaces libertades…
¿Lo loco?: la Lucrecia le ladeaba las lacias lapas, las leves lencerías; ladina, le licuaba los lumbares labios, lubricándoselos;  laborando largamente lerda… lácteos legados linguales le libaban la legión lúmica, levemente lampiña. 
       
Lucio, lastimoso lacayo, lustrabotas; limaba límites. Licitudes libidinosas “le levantaban la liana larga”, (¡lamentablemente laxa!), libertando la lava, los léperos letargos lacrimosos… Los legítimos “líos” lúbricos le legaban lata. Luego, Lilia, ¡…lentamente, le lanzó la lastima!

Lucio, leal lunático, lagañoso, lazaba laberínticos lamentos, lo lituano, lo lebrón, le lucía: ¡la linchó!, lanzándole letal ladrillo… Luisa, levitaba lejos, lodosa; los lados luxados…

¡López lo lamentó!  …la latente lápida, ¡lastimera!, legaba luto, laicos laureles.

Las leyes litigaban laudo: lapso largo, local lóbrego (¡lección lógica!).

Lucio, listo, lárgase lejos, ¡libre!...

¡lástima!, lo localizan…  ¡logra luchar!, lo lastiman leños…

la ley lo limita:  lo liquida la lumbre... 

locuazmente lacerado,

luce lúgubre 


letargo.


J.J.A.Z 


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